jueves, 29 de octubre de 2009

Dr. Espejo

Eres ciclotímico, me dijo el espejo...
Miré al suelo, asumiendo el diagnóstico. Me toqué con la yema de los dedos, pero en el cristal. Noté un frío ensordecedor, empañé mi propio rostro, la mano me sudaba. Era cierto, totalmente cierto...

Hoy estoy arriba fumándome las nubes, lavándome la cara y canturreando una canción de Jacko tiritando de frío. Pero no importa, he saltado de la cama, me espera un gran día. Salgo a la calle, brilla el hombrecillo verde y cruzo con los ojos llorosos por el aire de la mañana que me congela las únicas legañas que han resistido al agua matutina. Saludo a la gente, vuelvo a saludar. Sonrío, digo tonterías, me siento cómodo. El día pasa rápido, casi ni lo huelo, apenas si puedo tocarlo. Pero no importa porque estoy activo, me siento útil, eso es lo que necesita un ser humano. Vuelvo cansado, me merezco un descanso y me lo concedo. Estoy feliz, todo sale según lo previsto. Ojalá dure eternamente... pero nada es eterno porque ni siquiera lo es la vida.

Mañana estoy abajo, arrastrándome, esnifandome la mierda del suelo, revolcándome en la cama y dándole la espalda a la vida. Cierro los ojos, vuelvo a dormir. Me limpio la baba que moja mi barba, me doy asco a mi mismo. Cuando me levanto, me duele la espalda, la cabeza, las entrañas. He perdido medio día. Me he dejado olvidada el alma en la cama, ella tampoco quiere salir del edredón. No es la tensión la única que está por los suelos. Mi sentido del humor está tirado en una esquina de mi cuarto metiéndose 'caballo'. Al parecer esta noche le ha pillado a la vagueza; ella lo tiene bueno y más barato. El día pasa lento, lo huelo, lo toco, lo siento tanto que su propio peso me aplasta en el sillón del salón. Pongo la tele pero no la escucho. Como sin hambre, fumo sin ganas. Estar colocado me ayuda pero no me quita los problemas. Me voy a la cama, 'maría' me ha dado una tregua hasta mañana. Me ha engañado. Me hace creer que todo sale según lo planeado. Ojalá dure eternamente... pero nada es eterno porque ni siquiera lo es la vida.

Pasado, pasado no sé donde estaré. Quizás en el suelo o quizás en el cielo, quizás sentado en las nubes o quizás sobre el mando de la televisión. Por eso, y aceptando mi enfermedad, solo quiero sentirme útil. Quiero tocar las nubes y quiero tocar el suelo, pero todo al mismo tiempo. Espero que los días pasen volando, así las tardes de domingo serán bienvenidas...


l u i s c a

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