miércoles, 17 de febrero de 2010

Sangre, tierra, salvación.

Hay callejones sin salida,
varapalos disfrazados
de labios extranjeros
y sangre brotando de una herida.

Algunas sonrisas
juegan a ser aviones
y se elevan por encima de las nubes
en busca del mismo Dios.

Las lágrimas abandonan
con pena la tierra
de sus ojos
y viajan al centro del mundo
persiguiendo un futuro mejor,
un auxilio
que nunca llegó.

Hay estrellas fugaces
que se tornan eternas
y eternidades
que merecerían ser fugaces.

Hay disparos que costean una vida
y vidas disparadas,
vestidas de minifalda,
que se venden en cada esquina.

Hay palabras enfermas terminales
y músicas doctoras
que acuden al rescate.

Hay almas náufragas
que no entiende de salvación,
y tras todas ellas,
también hay un corazón.


A. B.

jueves, 4 de febrero de 2010

Pasar

Tuve una visión
del ahora, del ayer
y del mañana:
me vi en el camino.

Al alba fui halcón que vuela,
a la tarde ratón que corre
y al llegar la noche
mendigo de acera.

Con el invierno
fui copo de nieve;
flor orgullosa
fue mi disfraz de primavera.

Aposté por ser rayo de Sol
en el cálido verano
y no pasé de hoja seca y muerta
al llegar el otoño.

Yo pasé y paso,
soy todo y nada;
un soplo de aíre
entre corrientes de vida.

Yo pasé y paso,
y cada noche
prometo
guardar cada sonrisa.

Yo pasé y paso,
y cada noche
prometo
guardar todos los llantos.

A. B.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Quizá amanezca pronto… tal vez nunca

Me perdí entre verbos que no logré conjugar, besos que eran para otra y lágrimas que sangraban por nada. Sumido en esa ciega oscuridad que sólo conoce quien jamás ha visto la luz, traté, iluso, de aflorar a la cálida superficie de que hablan los finales felices… esos que nunca llegan; los mismos que una y mil veces te prometí.

Con los años me ahogo en un charco de hipocresía crónica que narra una vida inventada; una ilusión óptica tal vez fruto de esperanzas frustradas, de eternos anhelos y sueños que sueñan con días mejores. La sumisión a lo inevitable, la humillación y arrepentimiento, es cuanto queda por andar.

Si en ocasiones asoman claros en la tormenta cósmica que amenaza desde arriba, tan sólo acuden para ahondar un poco más en una herida que nunca cerrará… agitando la consciencia vagabunda de mi alma… evidenciando el profundo cenagal en que me veo sumergido, enterrado y olvidado por el siempre cruel olvido.

Me cerraré al mundo como esos reos emparedados por siempre, que expiran lentamente ajenos a la turbación generada al otro lado; sabiéndose culpables de la misma pero, por fin, librados de ésta.

Quizá amanezca pronto… tal vez nunca.
Viviré indiferente hasta que el agua clara prorrumpa
en las finas hebras de este rostro manchado,
que se marchita bajo un cielo que le aleja de tu lado.

lunes, 1 de febrero de 2010

Fingirme inerte

Aunque quiero no quererte,
con la burda de no merecerte,
me hiere verte
y fingirme inerte.

Aunque sonría
y te desee buen día,
en mi yace melancolía;
sólo tú das calor,
sólo tú eres poesía.

Aunque juegue con esmero
a ser ateo sin credo
miento;
en ti creo, por ti muero.

Qué sé yo de vivir
si sólo sé morir;
verte
y dejarte ir.

Mas no pierdo la esperanza
y aguardo en sueños de labranza,
reunir valor,
y liberarme sin ningún temor;
tan sólo, te quiero.

A. B.