lunes, 5 de octubre de 2009

Presente siempre vivo

Al día le pido
una sonrisa y cien puñaladas,
hacer de lo pequeño oro
y de lo que abunda paja.

Al ayer le deseo
buen recuerdo y mejor viaje,
para que me acompañe hoy
sin asfixiarme con su presencia.

A la lluvia susurro
que me purifiquen sus gotas,
y al sol que me iluminen
sus rayos.

Al viento suplico
que me lleve consigo
y me tutele en su
siempre noble espíritu rebelde.

Por último, tú, Mañana,
espérame puntual al alba
mas cuando no llegue,
continúa tu camino
y recibe tu presente
de manos de la buena esperanza.

A. B.

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