A. B.
martes, 5 de enero de 2010
El mar y sus alegrías
Salí a dar un paseo por el mar y sobre sus saladas aguas me instalé. Me bastó con el trozo de Ser que me tocó en el reparto genético y con un poco de compañía en las noches de luna tímida. De la costa llegaron rumores de tipos serios pegados a sus importantes vidas: dejé que pasaran. Cabalgué olas y me ahogué en remolinos. Comí algas y fui profeta de mañanas que no llegaron. Me entretuve en consultar los astros y encontré entre ellos telas de sueños frustrados que debió tejer la realidad cuando yo no veía. Lloré mucho y me sequé. Intervinieron las aguas que me rodeaban y me empapé de alegrías. Estando solo, sin abrigo y con el corazón frío, busqué el amor en la primera mirada que hacia mi se dirigía. Y fue así como me enamoré de la vida que, pese a la poca atención que le prestaba, siempre latía.
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somos muy grande, eres muy grande, ochentaynueve es grande... de verdad, os admiro cada dia mas.
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