miércoles, 3 de febrero de 2010

Quizá amanezca pronto… tal vez nunca

Me perdí entre verbos que no logré conjugar, besos que eran para otra y lágrimas que sangraban por nada. Sumido en esa ciega oscuridad que sólo conoce quien jamás ha visto la luz, traté, iluso, de aflorar a la cálida superficie de que hablan los finales felices… esos que nunca llegan; los mismos que una y mil veces te prometí.

Con los años me ahogo en un charco de hipocresía crónica que narra una vida inventada; una ilusión óptica tal vez fruto de esperanzas frustradas, de eternos anhelos y sueños que sueñan con días mejores. La sumisión a lo inevitable, la humillación y arrepentimiento, es cuanto queda por andar.

Si en ocasiones asoman claros en la tormenta cósmica que amenaza desde arriba, tan sólo acuden para ahondar un poco más en una herida que nunca cerrará… agitando la consciencia vagabunda de mi alma… evidenciando el profundo cenagal en que me veo sumergido, enterrado y olvidado por el siempre cruel olvido.

Me cerraré al mundo como esos reos emparedados por siempre, que expiran lentamente ajenos a la turbación generada al otro lado; sabiéndose culpables de la misma pero, por fin, librados de ésta.

Quizá amanezca pronto… tal vez nunca.
Viviré indiferente hasta que el agua clara prorrumpa
en las finas hebras de este rostro manchado,
que se marchita bajo un cielo que le aleja de tu lado.

1 comentario:

  1. "La hora más oscura es la que precede al nacimiento del Sol"
    La luz existe y no en mundos inventados, ni en hipocresias crónicas. La luz está al alcance de la mano en pequeños detalles, en pequeñas furgonetas, en sinceras risas o en el fondo de ocho litros. La luz existe y tiene la mala educación de no ser eterna... quizás brille más estando a SU lado.
    Sigue así, joven Razmu ;)

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