viernes, 10 de septiembre de 2010

Un cuarto oscuro y la mente en blanco

Sabes que ha llegado el momento... Te palpitan las ideas y vuelas sin piloto. Intentas pensar en otra cosa: ¿Dónde lo dejé?

El tiempo pasa y el aire se cuela en tus oídos. Hay música en el mundo... Tu canción favorita: "Quizás mañana".

Todo parece igual: techo blanco, suelo negro, al fondo... un mueble sin color.

Te acuerdas del día en que sonreíste y alargas tu mano intentando recuperar ese momento.

Buscas su número pero solo encuentras los restos de una hoja arrancada.



Sientes miedo, llueven pesadillas en la orilla de tu mente y la marea inunda toda la playa.

De la mano de tus pasos corres hacia ninguna parte... hacia el hogar sin dirección.

Un segundo más, quizás dos. Recuperas la realidad... Estoy en una habitación: techo blanco, suelo sin color, al fondo... un mueble negro.



¿Hay alguien?

No responden, aunque sabes que están ahí... Esperando.

Demasiado ruido y sin embargo puedes oírlos.

Nadas intentando escapar y encuentras la puerta cerrada: ¿dónde estás?

Repasas cuanto sabes, aunque hayas olvidado casi todo.


Al final, restos de horas muertas: un cuarto oscuro y la mente en blanco.

2 comentarios:

  1. Genial, como todas las entradas :) Me encanta.

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  2. Tú poética huele a canal y las palabras arden, en cada renglón, dejando un humo verde.

    Como siempre, llueve sobre una bici mojada.

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