miércoles, 23 de septiembre de 2009

Malformación poética

El dinero no da la felicidad,
la pobreza tampoco.
El sexo no da la felicidad,
el celibato tampoco.
La compañía no da la felicidad,
la soledad tampoco.
La felicidad ni se da ni se quita, tampoco se presta o se pide prestada. No puedo afirmar que exista como algo eterno, pero tampoco quiero pensar que estemos destinados a tocarla con la yema de los dedos. Intento luchar casi todos los días, quiero agarrarla fuertemente y guardarla en mis bolsillos, pero no puedo porque la felicidad ha de ser compartida.
En esa lucha constante encuentro los billetes de ida para un largo viaje que tiene mejor destino que la ciudad de Oz. El equilibrio y el esfuerzo, pueden comprar ese billete. También la constancia y la transparencia.
Los retos hay que superarlos, las metas hay que alcanzarlas y la familia y los amigos no perderlos por el camino. No quiero ser Pulgarcito y tirar migas de pan con el fin de alcanzar cualquier objetivo.
Hay que llegar al sur sin perder el norte. Hay que amar a uno sin odiar al otro. Hay que ser conscientes de nuestras circunstancias y actuar en consecuencia, disfrutar con poco consiguiendo mucho y volar muy alto tocando el suelo. Quemarnos con el asfalto y conocer la realidad...

...droguémonos de optimismo...

l u i s c a

1 comentario:

  1. Deberíamos infectar todos los embalses con esa droga de la que hablas. Se solucionarían la mayor parte de los problemas del Mundo...

    Cronopios!

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