Hay callejones sin salida,
varapalos disfrazados
de labios extranjeros
y sangre brotando de una herida.
Algunas sonrisas
juegan a ser aviones
y se elevan por encima de las nubes
en busca del mismo Dios.
Las lágrimas abandonan
con pena la tierra
de sus ojos
y viajan al centro del mundo
persiguiendo un futuro mejor,
un auxilio
que nunca llegó.
Hay estrellas fugaces
que se tornan eternas
y eternidades
que merecerían ser fugaces.
Hay disparos que costean una vida
y vidas disparadas,
vestidas de minifalda,
que se venden en cada esquina.
Hay palabras enfermas terminales
y músicas doctoras
que acuden al rescate.
Hay almas náufragas
que no entiende de salvación,
y tras todas ellas,
también hay un corazón.
A. B.
Muy grande el poema Kapa! El final me ha gustado mucho ;) La verdad es que en este blog parece ser que el nivel literario sube con cada entrada!
ResponderEliminarOs felicito, a ti y al señor Díaz...
Un abrazo!
Nico